jueves, 29 de mayo de 2014

Continuar

Haber recorrido lugares míticos deja una sensación de mayores misterios por descubrir, una puerta abierta a volver una y otra vez sobre los pasos andados.

Volver a la realidad del trabajo evita profundizar aquello vivido, por las personas y sus necesidades personales, porque cada cual tiene su propio mundo que recorrer y necesita que los demás vayan con ellos.

Escuelas espirituales que mantienen personas soñando un mundo espiritual, allí algunos pocos realmente dejarán de soñar, los demás harán lo mismo que en la vida cotidiana manteniendo sus prejuicios, sus emociones, y actuando espiritualmente sólo en las ceremonias respectivas, creyendo haberse realizado.

Vida natural de este planeta, algunos muy cerca de la tierra, otros en sus mundos mentales creyendo ser especiales, sintiendo que la vida les pertenece y pueden hacer todo lo que quieran... hasta que la verdadera realidad los despierta con algún acontecimiento inesperado.

Camino las calles de esta vida, solo, no hay compañía posible ya, sólo queda continuar hasta el final, nada más.