martes, 11 de septiembre de 2012

Palabras, una vez más.

Hace muchos años, este día y a esta hora iba camino a Valdivia, ciudad donde nací. Hoy parece que viajo hacia mis raíces más lejanas, profundo recorrido, tan difícil de describir y a la vez tan sorpresivo en los hechos que me llevan hacia las respuestas buscadas.

Dejaré, como acostumbro, salir las palabras como ellas quieran, así que me dejaré sorprender... la carretera era iluminada por fogatas, los buses iban en fila rumbo al futuro oscuro que asomaba ya, desde Valparaíso había partido, las clases estaban suspendidas, la Universidad tomada. Torbellinos en el tiempo que alteraron la vida de millones. Es la vida.

Así, también en mi camino van sucediendo hitos que al ocurrir apenas si logro distinguir, pasado un tiempo se aclara; en este momento ocurre algo que no se adónde me lleva, no logro captar que es lo que ocurre, pero está aquí. Que raro me parece, no tiene sentido, no puedo explicarlo.

La vida es una cadena de ocurrencias, como el día sigue a la luna, así mis pasos van hacia el final anunciado, sin dolor, sin pesar, tranquilo en medio de la incertidumbre de la luz en medio de la oscuridad.

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