Luz del tiempo que asomas a mi ventana, templos rojo dorados en medio del verde del bosque y del azul bordado de blancas nubes.
Paisaje de sueños milenarios recuperado de la memoria ancestral, vienes a mi tiempo silencioso como una brisa ligera que alimenta mi alma.
Soy de ese tiempo y en este tiempo estoy recordando la ilusión de la libertad del espíritu encadenado al cuerpo piedra pegado a la tierra.
Vuelo en alas del viento, recorro a horcajadas de un rayo de sol que atravesó la montaña y las tupidas ramas de los árboles, el paisaje interior colmado de la música de los pájaros que me acompañan en este viaje sin retorno.
Envuelto en la magia de la vida voy a esos tiempos, para traer algún recuerdo que me permita seguir soñando que un día volverá lo que espero desde tantos silencios.
¿Hay alguien, por ahí, que conozca estos senderos?
Algún día llegará, a compartir en el silencio de la noche la música celestial de las estrellas, los sonidos del tiempo que aún no llega.